A menudo, definimos lujo como lo mejor que el dinero puede comprar. No es una definición incorrecta si hablamos de aspectos materiales pero ¿qué ocurre si profundizamos un poco más sobre este concepto?
El lujo mantiene una estrecha relación con las necesidades de las personas. Precisamente, suele denominarse lujo a todo lo que excede a esas necesidades. Aun así estamos acostumbrados a medir nuestras necesidades con aspectos materiales.
En Mwani House entendemos el lujo de una forma diferente. Centrándonos en las motivaciones sociopsicológicas de nuestros huéspedes hemos dado con sus necesidades y hemos diseñado un mapa de experiencias que las supere. De este modo, los servicios que se ofrecen en nuestra casa son de lujo, de nuestro lujo.
Para poder diseñar el abanico de experiencias que se ofrecen en Mwani House, hemos tenido que recurrir a nuestros valores más elementales. Nuestros valores tienen mucho que ver con la pureza, la naturaleza, la virginidad y el respeto por las personas y por los espacios. Somos conscientes de lo afortunados que somos de poder despertar cada mañana en Ibo.
Con tal de poder transmitir las bondades de nuestro destino y compartirlas con vosotros, hemos decidido explicaros lo que somos mediante el transcurrir de un día. Imaginémonos un día en Ibo.
Un despertar exclusivo.
Despertar en la isla de Ibo no supone cualquier despertar. No hay edificios grises que cieguen nuestros ojos pero sí hay un horizonte cristalino que nos los abre.
En Ibo despertamos con el primer rayo de sol para ofreceros el mejor amanecer. Y qué mejor que, tras ese primer abrir de ojos, empezar a alimentar el alma del huésped, de nuestro huésped. Para ello, en Mwani House ofrecemos un desayuno en el que no faltarán frutos de la tierra como son la banana, la piña, el mango, la papaya o una rica mermelada casera de baobap. Para terminar de despertar, no faltará el conocido café de Ibo acompañado de una selección de panes y bizcochos caseros.
Una mañana activa.
En Mwani House tenemos una carta de actividades más que variada. El huésped puede elegir entre multitud de experiencias pensadas exclusivamente para huir de la rutina y tomar distancia de lo que ya conoce.
El huésped encontrará, en estas actividades, la forma de interactuar con el destino de Ibo. Podrá mezclarse con la naturaleza cruzando manglares y observar paisajes nunca vistos antes.
Un mediodía delicioso.
A diario cuidamos de nuestro huerto para poder cocinar los platos fieles a la tierra mozambicana. Nuestra cocina depende de las hortalizas del día y de los pescados que naden por nuestras aguas. Aprovechamos y potenciamos todos los recursos que tenemos.
Como resultado, nuestro huésped podrá degustar la riqueza de la mezcla de las mezclas que se dan en nuestra cocina. La gastronomía local no deja de ser una fusión de sabores que refleja su historia y su situación geográfica. Mozambique es una ventana al Índico, y a los múltiples países y culturas que lo rodean. Se mezclan los gustos africanos, con la influencia de los años de colonia portuguesa, con los sabores árabes, hindús e incluso chinos que hacen que su cocina sea intercultural. Ésta se mantiene sobre cuatro pilares: arroz, legumbres, mariscos y condimentos.
Nosotros, además, contamos con una excelente chef: Ana Erre. Ella se encargara de confundir vuestro paladar llevando a cabo sus fusiones. De ahí el nombre que da vida a nuestro restaurante: Comfusão.
Una tarde de conversación.
En todo momento, nuestros nuestros huéspedes se sentirán acompañados. En Ibo hay tiempo para todo, hasta para conversar. Nos encanta conocer a nuestros huéspedes y que ellos conozcan nuestra tierra y nuestra cultura.
Contamos con un espacio artesanal donde se diseñan recuerdos únicos e incluso personalizados. Pasear una tarde por las calles sin asfalto de Ibo y descubrir la artesanía local, puede ser una buena oportunidad para conversar con los artesanos que habitan en la isla. Sin duda, tienen mucho que contar.
Un atardecer relajado.
En nuestra isla también hay espacio para descansar. Para ello, ofrecemos un espacio de relax y con piscina. Observar uno de los mejores atardeceres desde una hamaca puede ser el mayor de los placeres.
No nos asusta decir que desde nuestras terrazas se puede ver una de las mejores puestas de sol del mundo. Aquí el sol brilla de otra manera.
Una noche espirituosa.
Una buena manera de terminar el día es cenando a nuestro restaurante. En Comfusão, además de cenar, se puede catar una selección de vinos sudafricanos que no tiene desperdicio. Y si la noche lo merece, también se puede brindar con algunos de los cócteles que nuestro barman prepara.
Finalmente, terminamos como empezamos: reflexionando sobre el lujo. El lujo se reduce a instantes de tiempo y, en esta casa, no pretendemos más que llenar estos instantes de lo que a nosotros nos apasiona. En la próxima reflexión intentaremos profundizar sobre el tiempo, elemento básico para que el lujo sea verdadero.
Con esta primera entrada despierta nuestro blog, espacio que dedicaremos a contaros todas las aventuras, habidas y por haber, en la isla de Ibo.